lunes, 30 de abril de 2012

Regálanos un lavadora por mi cumpleaños.

Su mirada me anima , sopla - dice - ya me encargo yo de llenarme de ti.

No te digo que me alumbres, hijo de puta, pero vela por mí al menos un par de apéndices. La cera cae, cae sobre el mástil, como si el tiempo en popa no nos hiciera daño.
¿Hacemos una cosa? A partir de hoy tu cumples años y yo me encargo de cumplir sueños, a tu costa. Do. Re mí.
El costado izquierdo se congela, el vello de punta intenta alcanzar la silueta de tu ausencia, la que nunca se concentra con la luz apagada, la que me roza exceptualmente cuando cierro los ojos. ¿Recuerdas aquellas muñecas que se movían libremente por la habitación cuando las abandonabas a la merced de las paredes que a ti te ahogan? Pues así cuando me ahogo, uso mis muñecas por hacerme 'tu falta'.
Nuestras ausencias intiman cuando no miramos.
A la mierda tu inspiración, esta misma noche te ahogo con mi almohada. Contra el suelo las falsas ausencias, voy a echarte un polvo de menos, de los de verdad, de los de acumular ácaros en las sábanas porque nosotros estamos demasiado ocupados poniéndonos sobre la lavadora, sin suavizante ni prenda que destiña la sangre acumulada en tus mejillas.
Ven, blanquito, que fabricamos las velas a base de resfriados, de pies descalzos sobre los baldosines azules de un infierno invertido.
Todas tus sonrisas se me escapan por los dedos de los pies, prefiero tener el corazón caliente y los dedos apunto de perderse.
Así que te escribo porque no quiero leerte más. Porque odio comprendernos personajes de algún cuento en manos de niñas que no dibujan los genitales a nuestras pocas ilustraciones. Parpadeantes, de ojos envueltos en papel albal hasta que vuelvas. Refrigerados, casi congelados. Goteando un deshielo al lado de todo ese perejil que guardamos mejor congelado que fresco.
Vamos a hundirnos como Titanics en el tambor de la lavadora. Saca los iceberg y el perejil, cariño, que nuestra chatarra ya está centrifugando.
Y sopla tú, que estoy deseando de tu parte con la boca bien abierta.


(Y que cumplas muchos deshielos más, Cloudy.
Ya si eso el año que viene os hablo del tiempo, como todo buen cumpleaños que se precie, tiempo empaquetado con papel de regalo)

miércoles, 11 de abril de 2012

Échale latidos, cojones.



Échale latidos, cojones., originalmente cargada por Sisenublaelsol.


Sé que algún latido de estos me avergonzará dibujar genitales. Algún día. Quiero un él así.