lunes, 27 de agosto de 2012

En el conflicto de la novela.

I. PURITO VENTRICULOVAGINOALVEOLAR

Consulta 109,
como lugar,
como consecuencia,
como espera.
Nunca antes resultaste de tanta urgencia.
Me ahogo, bombeo, me siento tan mocosa y llorona como una actriz porno con el rímel corrido bajo tu ducha.
Así que. He elegido un día horrible para escribirte, un encuadre crítico, como tú entre mis piernas.
Que sigas, que sigas confundiendo el temblor de rodillas con la tiritera y me abraces con las manos en mi ropa interior.
A tu lado la valoración se come a lo crítico sin cobardía. podría decírtelo hasta de rodillas. Querer es valorar, dirías.
Pero es que la soledad no tiene nombre de culpa y seguro sentiré mucho, antes de dejar de ser así de egoísta. Son dos engaños y diez meses para pedirme que no cambie nunca y advertir odio el día que haga frío en junio.
Cierra los ojos, tápate los oídos y no me toques. Roza. 
Apego es cuando tu cara se retira unos centímetros y mi sonrisa se vuelve el beso que no quieres que pierda el sentido.
Haz que no cambie, ráscame cerquita del corazón, sopla la inflamación alveolar y calma el picor vaginal con masturbación.
Además, dime qué cojones debo sentir y vuelve a repetir que sin ella todo sería distinto aquí. Haz que las únicas pérdidas sean eyaculaciones y paladar de palabras bonitas.
Ven, vamos a ver las estrellas callando por el césped, a empaparnos los pies en charcos de sudor de un día de verano incoherente.
Baja, vamos a echar un par de sonrisas rapiditas. Arranquemos los carteles de busca y captura que ya nos encontramos nosotros de tarde en tarde en la misma cama, justo antes de fumarnos el de después de autoconvencerse.
Adicción por acción de la adición. DE.
Mis pezones se salen con la suya aunque sepan que sin beso también hay pecado, y aunque éstos sean antónimos en el diccionario que creaste el día que dije frío y respondiste abrazo. Y por eso el beso calmó la culpa que nunca fue.
Y, por  favor, que nunca sea.

II. LOS MIMOS SON UNOS BOCAZAS

Ellos me explicaron la existencia de los besos de corchopán mientras dábamos gracias porque siempre pasa algo, incluso cuando no nos preguntamos los unos a los otros si pasa algo. En serio, los mimos, los tuyos, son unos sensibleros.

III.

Desnúdame la mano,
que sea labio
y bese las cosquillas,
serias.

IV. LA HISTORIA A COMETER O ACOMETER LA HISTORIA

Es culpa tuya que haya vuelto a entrar en el dormitorio, y que le haya dado un beso a mi madre desvelando y asustando su sueño mientras reaccionaba con un grito que por suerte no ha despertado a mi padre, y gracias a todo eso, o sólo a eso, parece que me siento mejor. Supongo que con la familia no hay segundas oportunidades, si no infinitas. Ahora me muero de ganas de que mi madre sepa que hoy no me has besado y todo el bien que me haces y ella desconoce, porque en el fondo los humanos somos gilipollas hablando de lo que no sabemos, y puede que quizás aún más viviéndolo. Por eso somos humanos y por eso, por norma general, los hijos aprenden de sus padres.

V. NO HOY.

No quiero que nos besemos más. Quiero que aprendas a ver mis te quiero en la posición de mis manos, los quiero dormir a tu lado en un abrazo y las ganas de sexo en mi peinado. Además, mi abuela dice que sólo hay dos cosas que no se pueden ocultar: el amor y el dinero y estoy segura de que vales oro. Así que no te quedes de brazos cruzados, que me quedo sin abrazos, y bésame, hoy y ahora, requete fuerte en los labios. Jopetas.

VI. INESPIRADO

Sobrevive la eterna cobardía de alguien que elige el mejor mirador de toda la ciudad con vistas a un no futuro. Como un lienzo en negro lleno de puntos finales en forma de estrella.
Lluvia de precipitarse, árbol de firmeza ante el temblor de muñecas, ante el barranco de una decisión.
Y menos mal que dicta la Real Academia tres puntos suspensivos para un continuará, porque tus pupilas no me dan demasiada tregua cuando te conviertes tú en mirador y yo en observadora observada.

¿De veras nos cuestionamos un silencio a gritos cuando todo grita el mismo puñado de mentiras?
Excepto el asfalto.
Tu silencio a gritos se tapa los oídos ante mis labios ruidosos siendo éste un montón de besos fuertes.
Todos tenemos defectos, pero es que nosotros tenemos los mismos y la duda de si eso de querernos es culpa de esta actitud de niños, que todo repiten y adjetivan hasta el absurdo.
Como niña, lo siento, seré la primera en enseñarte una palabra mal sonante; ahí va:
hijos de puta aquellos que quieran diferenciar follar de hacer el amor.


Aún no se me ha corrido el párpado.

domingo, 19 de agosto de 2012

Veréis.

Que su abrazo abarque mis pechos,
los traspase y arañe mi espalda
es una masacre anhelada con el prólogo ya escrito.
De piel. Bolígrafo erguido.
Desaparecí para no encharcar al chico
de pecho de papel, aunque a él la posibilidad le excitara
más
que escuchar latir su corazón.
Tragué suspiros y llantos
que se volvieron
mocoso cemento con el que llenar mi pecho.
Los constipados no te vuelven inmune a su olor
cuando sabes olisquear con la boca.
ZORRA.
Acatarrada caté el sabor de los recuerdos
que resultan perfectos a la tercera bala vencida: ¡Bang, bang! ¡Piu, piu!
Son dignas de poner en duda
las onomatopeyas,
tanto como la verdad que no pienso calificar de nuestra.
Porque.
Ahora sé que escribo buscando más realidad de la que recuerdo fuera de esta ciudad de cristal y aire acondicionado.
Y.
Tengo que dejar de justificarme.
Releerle siempre será querer besarle de nuevo. Ausencia.
9 de agosto 2012 A Coruña.