domingo, 19 de agosto de 2012

Veréis.

Que su abrazo abarque mis pechos,
los traspase y arañe mi espalda
es una masacre anhelada con el prólogo ya escrito.
De piel. Bolígrafo erguido.
Desaparecí para no encharcar al chico
de pecho de papel, aunque a él la posibilidad le excitara
más
que escuchar latir su corazón.
Tragué suspiros y llantos
que se volvieron
mocoso cemento con el que llenar mi pecho.
Los constipados no te vuelven inmune a su olor
cuando sabes olisquear con la boca.
ZORRA.
Acatarrada caté el sabor de los recuerdos
que resultan perfectos a la tercera bala vencida: ¡Bang, bang! ¡Piu, piu!
Son dignas de poner en duda
las onomatopeyas,
tanto como la verdad que no pienso calificar de nuestra.
Porque.
Ahora sé que escribo buscando más realidad de la que recuerdo fuera de esta ciudad de cristal y aire acondicionado.
Y.
Tengo que dejar de justificarme.
Releerle siempre será querer besarle de nuevo. Ausencia.
9 de agosto 2012 A Coruña. 

1 comentario:

91problemz dijo...

Mala letra.
Pocas ausencias hay tan bonitas.
Piu, piu, miña nena.