domingo, 30 de diciembre de 2012

2013

Me seguirás armando,
me seguirás revolviendo los nudillos,
los dedos que nacen en tu piel
son los mismos que rozan el gatillo
que abrirá fuego y creará
el retroceso con mayor daño
que el propio balazo.

Guardo todo el amor en la recámara de todo lo que detesto.
Ya que
- El puto retroceso sólo aparece
tras el balazo.


Echo tanto de menos tus manos que los nudos de estómago se han vuelto nudillos.

domingo, 25 de noviembre de 2012

Hasta que la muerte nos sea fiel.


La Muerte cansada de separar comenzó a precipitar.
Echó de las camas a las ausencias y las abandonó heladas en congeladores,
impacientes ante el próximo apagón.
Cambió el azúcar por la sal, la cicatriz por el escozor,
llevó al zapatero el calzado que ya no retumbaba a mujeres ni arropaba a varones.

La Muerte asfixió los suspiros y prohibió todo sustento líquido que retroalimentara las cuencas oculares,
la verdadera muerte erradica la llantina.
Sustituyó toda la vajilla por cuencos de cartón y vasos de plástico,
la ironía de celebrar día a día separados los cumpleaños de una vida.
Hizo porcelana fina los huesos, osteogénesis;
creó nudos en la tráquea y en el estómago de forma fisiológica.
La Muerte vuelve cotidiano el amor.
No otra, y no es aquella.
No se lleva las ganas de sexo, ni la sexualidad, sino que trae cualquier perdedor de trenes a la cama con un ramo de oportunidades que marchitar.

La Muerte cansada de separar comenzó a precipitar y creó todos los monstruos bajo mi cama.
Ella se encargó de que los enamorados se rindieran antes de que tuviera que hacer su trabajo porque quedó atrapada en tu estroma interior, en tu sencillez simple, en un sentir feliz que hasta a ella resultaba amargo.
La Muerte no se va a olvidar de ti y quizás yo tampoco lo haga, pero, ¿de veras importa eso ahora?

Debo dejar de escribir sobre cosas que ya escribió Benedetti.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Trifulca III: Dos puede ser casualidad, tres se vuelve confirmación.

La negación que no destruye sino que confirma
es quedarme mientras te miro con todo ésto que no puedo dar flotando en el iris,
es mi pupila un agujero negro que todo traga,
que anhela ser dilatada por la luz cedida de una cama vacía.
Cuando no hacías falta,
era más necesario el parpadeo que el polvo suspendido.

En este ambiente, y en tantos otros,
conformismo es pedirte que te quedes sintiendo que te marchas.

(La trifulca número IV no será otra que de nuevo la primera, que precede al eterno negado en vida. Como debe ser.)

viernes, 9 de noviembre de 2012

Trifulca II: Me he mudado a los gimoteos.

Ya sé dónde van a parar todas las lágrimas que no derramamos. 
Hoy he sentido como una de ellas descendía por mi garganta. Aquellas gotas una vez acumuladas entre párpados son filtradas a través de la córnea dejando algún sodio entre tejidos, pocas encuentran su muerte silenciosa en las fosas nasales por evaporación mientras otras empapan la sangre con disimulados sollozos de conformismo.
Si nosotros fuéramos ciudades, si fuéramos lugares, si sin duda alguna somos habitados y recorridos, entonces, las lágrimas serían los poetas.

Y es que no son las miradas quienes gritan, sino un centilitro y pico de lágrima (aproximadamente diez mil microlitros de lírica) Un grito de lluvia, un grito de río, un grito catarata, un grito gotera, un grito de grifo. Azul intensamente transparente.
Un grito gotea, y por eso ya no lloro las noches por ti ni los días por mí.

martes, 6 de noviembre de 2012

Argumentos, pruebas, fundamentos, pretextos, defensas, disculpas, discursos a la tribulación. Trifulca I: Buenas noches.

Buenas noches no es cerrar los ojos,
no es dormir de sueño o de vida.

Buenas noches no es más que
la educación que precede a la culpa debida,
a no saber que añadir.
O que decir al desnudarse incompletos.

Cómo preguntar si algo pasa con la certeza de que el árbol acabará derrotado por el temporal del reloj.
Me duele la rodilla con la nula duda
de que se acerca el próximo 
e incontable 
último beso.

Es tan cercano el día que empezara a confundir amaneceres y atardeceres que hasta su piel ha dejado de sentir el rayo sol. Resucitamos el día de todos los santos sin vida deseada ni añorada.
El fantasma de lo que es ahora me enterró en el jardín sin que nadie me llorara un puñado de flores secas.

Tribulación.

sábado, 13 de octubre de 2012

A las puertas del beso.

Cacofonía.
Tirito en tu oreja a mordiscos de distancia con la misma añoranza con la que me encojo en una carcajada sorda de realidad cuando las cosquillas de tus dedos acarician la piel que recubre mis ovarios. Tus orejas son manzanas que mordisquear y tirar por el suelo por inmaduras, qué se le va a hacer, las manzanas saben escuchar bien mal, de mentira.
Mis gafas manchadas de ti, de estar ciega- ni me ves ni me dejas ver- empañada durante un pensamiento torrido, crujiente, como una tapa del bar que huele a tu ropa y se impregna en narices que crecen- Pinocho pasa los días tocando astilla- nosotros palpamos la madera de la suerte hasta que yo me la aprendo de memoria y terminamos la noche carcomidos, de años de, tocando termitas. Nuestros troncos cada vez con menor densidad (quién dice que la manera en la que tuvimos sexo no fue la mejor, esto de perder nos hace rebotar como corcho que sale a flote en cualquier diluvio).
Nos creerán, otros nos crearán y finalmente uno, Judas, nos traicionará. Me entristece ver como cada vez te vacías más por darme la mejor manera de no perder el tiempo. La mejor justificación a una enfermedad, como el enamoramiento al amor o la manera repetida en la que abres la boca para toser cuando te constipas.
Nocturnidad. Somos alevosía, somos tan inevitables que no quiero volver a saber nada de ti. Deja que me arrope, deja.

'Después de los cuarenta años la verdadera cara la tenemos en la nuca, mirando desesperadamente para atrás. Es lo que se llama propiamente un lugar común.'

(Texto culpa del capítulo 18 de Rayuela.
Todo el mundo debería culpar a Rayuela de algo, muchos ya lo hacen.)

martes, 2 de octubre de 2012

Adioses

Los besos no se acaban, se contienen. De aguantar la respiración me saldrán bultos en el cuello. Si se acaban las caricias pronto me crecerán los dedos. Quítamelo todo. Pero no tus ojos. No me arrebates el espejito de lo que un día seguiremos siendo. Hito, dime cuál es el futuro del reino. Nos mareamos mirándonos a los ojos tanto como un espejo frente a otro espejo, como un defecto que ya no sabes si es tuyo o mío. Trasplante de corazón de cordero degollado en cuerpo de cazador. Flechas de echar cosas en cara a centímetros de distancia y con aviso previo. Me niego a volverme tierna a base de golpes, prefiero ser todo nervio. Te prohíbo besarme sino me dejas salir de esta urna. Y pisotear las flores que otros regalan y tu metes en jarrones de agua salada. Las mujeres medalla se beben en copa de trofeo. Déjate crecer la barba, el pecho, los brazos, para un día partirme la cabeza en dos por abrir demasiado la sonrisa.

Que me desvelen a qué cantidad de adioses sobrevivimos.
O que me justifiquen.
Todo el mundo en algún momento lo hace y nosotros, justo ahora, empezamos a fingir no ser nada.
William, it was really nothing.


Sigo con los dichosos princesismos.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Αθήνα. 42195 metros

Hasta los aviones corren la maratón en su pista de despegue.
Las gotas sobre el cristal no respetan las calles delimitadas del estadio, como los griegos los semáforos, las lágrimas los carrillos o nosotros mismos las aceras con curvas de ella.
Sudan su muerte rapidita, toda lagrima tiene su glándula sudorípara.

Y así Grecia te demuestra que las estatuas más humanas con ojos de bronce también lloran. Y encima en puñados de eternidad que mostrar a los turistas.
El caso es que yo vine a romper lo que ya está roto y me dijeron que para participar en los juegos olímpicos debo estar desnuda, que necesito oponentes y que si no me valoro yo que al menos éste lo haga.  Pero contigo espero ser relevo, no rival, y eso nos impide correr juntos.

Súbete al podio, retrátame en una vasija si así me tomas, me bebes.
Hasta vaso de Pitágoras vale, que el ansia nos haga perdernos por un agujerito y ser sed. Mancharnos de vino y se fue. Abandonarnos del tabaco para mascar laurel.

Sed de reptar solos por los rincones del 'me da igual', allí donde reconocer tus gemelos en las calles cercanas a la Acrópolis y volverme cariátide fría, columna estática y mutilada. Sin cosquillas, sin ofrendas y con mucho dolor de cabeza.

Con mi vuelta soy la misma ruina, pero eso sí, vuelvo iluminada. En tus manos queda apagar las luces, fundirlas o liarte a pedradas.
Te prometo que aún sin brazos el abrazo será correspondido.

Estadio Panathinaiko- Atenas, Grecia

lunes, 27 de agosto de 2012

En el conflicto de la novela.

I. PURITO VENTRICULOVAGINOALVEOLAR

Consulta 109,
como lugar,
como consecuencia,
como espera.
Nunca antes resultaste de tanta urgencia.
Me ahogo, bombeo, me siento tan mocosa y llorona como una actriz porno con el rímel corrido bajo tu ducha.
Así que. He elegido un día horrible para escribirte, un encuadre crítico, como tú entre mis piernas.
Que sigas, que sigas confundiendo el temblor de rodillas con la tiritera y me abraces con las manos en mi ropa interior.
A tu lado la valoración se come a lo crítico sin cobardía. podría decírtelo hasta de rodillas. Querer es valorar, dirías.
Pero es que la soledad no tiene nombre de culpa y seguro sentiré mucho, antes de dejar de ser así de egoísta. Son dos engaños y diez meses para pedirme que no cambie nunca y advertir odio el día que haga frío en junio.
Cierra los ojos, tápate los oídos y no me toques. Roza. 
Apego es cuando tu cara se retira unos centímetros y mi sonrisa se vuelve el beso que no quieres que pierda el sentido.
Haz que no cambie, ráscame cerquita del corazón, sopla la inflamación alveolar y calma el picor vaginal con masturbación.
Además, dime qué cojones debo sentir y vuelve a repetir que sin ella todo sería distinto aquí. Haz que las únicas pérdidas sean eyaculaciones y paladar de palabras bonitas.
Ven, vamos a ver las estrellas callando por el césped, a empaparnos los pies en charcos de sudor de un día de verano incoherente.
Baja, vamos a echar un par de sonrisas rapiditas. Arranquemos los carteles de busca y captura que ya nos encontramos nosotros de tarde en tarde en la misma cama, justo antes de fumarnos el de después de autoconvencerse.
Adicción por acción de la adición. DE.
Mis pezones se salen con la suya aunque sepan que sin beso también hay pecado, y aunque éstos sean antónimos en el diccionario que creaste el día que dije frío y respondiste abrazo. Y por eso el beso calmó la culpa que nunca fue.
Y, por  favor, que nunca sea.

II. LOS MIMOS SON UNOS BOCAZAS

Ellos me explicaron la existencia de los besos de corchopán mientras dábamos gracias porque siempre pasa algo, incluso cuando no nos preguntamos los unos a los otros si pasa algo. En serio, los mimos, los tuyos, son unos sensibleros.

III.

Desnúdame la mano,
que sea labio
y bese las cosquillas,
serias.

IV. LA HISTORIA A COMETER O ACOMETER LA HISTORIA

Es culpa tuya que haya vuelto a entrar en el dormitorio, y que le haya dado un beso a mi madre desvelando y asustando su sueño mientras reaccionaba con un grito que por suerte no ha despertado a mi padre, y gracias a todo eso, o sólo a eso, parece que me siento mejor. Supongo que con la familia no hay segundas oportunidades, si no infinitas. Ahora me muero de ganas de que mi madre sepa que hoy no me has besado y todo el bien que me haces y ella desconoce, porque en el fondo los humanos somos gilipollas hablando de lo que no sabemos, y puede que quizás aún más viviéndolo. Por eso somos humanos y por eso, por norma general, los hijos aprenden de sus padres.

V. NO HOY.

No quiero que nos besemos más. Quiero que aprendas a ver mis te quiero en la posición de mis manos, los quiero dormir a tu lado en un abrazo y las ganas de sexo en mi peinado. Además, mi abuela dice que sólo hay dos cosas que no se pueden ocultar: el amor y el dinero y estoy segura de que vales oro. Así que no te quedes de brazos cruzados, que me quedo sin abrazos, y bésame, hoy y ahora, requete fuerte en los labios. Jopetas.

VI. INESPIRADO

Sobrevive la eterna cobardía de alguien que elige el mejor mirador de toda la ciudad con vistas a un no futuro. Como un lienzo en negro lleno de puntos finales en forma de estrella.
Lluvia de precipitarse, árbol de firmeza ante el temblor de muñecas, ante el barranco de una decisión.
Y menos mal que dicta la Real Academia tres puntos suspensivos para un continuará, porque tus pupilas no me dan demasiada tregua cuando te conviertes tú en mirador y yo en observadora observada.

¿De veras nos cuestionamos un silencio a gritos cuando todo grita el mismo puñado de mentiras?
Excepto el asfalto.
Tu silencio a gritos se tapa los oídos ante mis labios ruidosos siendo éste un montón de besos fuertes.
Todos tenemos defectos, pero es que nosotros tenemos los mismos y la duda de si eso de querernos es culpa de esta actitud de niños, que todo repiten y adjetivan hasta el absurdo.
Como niña, lo siento, seré la primera en enseñarte una palabra mal sonante; ahí va:
hijos de puta aquellos que quieran diferenciar follar de hacer el amor.


Aún no se me ha corrido el párpado.

domingo, 19 de agosto de 2012

Veréis.

Que su abrazo abarque mis pechos,
los traspase y arañe mi espalda
es una masacre anhelada con el prólogo ya escrito.
De piel. Bolígrafo erguido.
Desaparecí para no encharcar al chico
de pecho de papel, aunque a él la posibilidad le excitara
más
que escuchar latir su corazón.
Tragué suspiros y llantos
que se volvieron
mocoso cemento con el que llenar mi pecho.
Los constipados no te vuelven inmune a su olor
cuando sabes olisquear con la boca.
ZORRA.
Acatarrada caté el sabor de los recuerdos
que resultan perfectos a la tercera bala vencida: ¡Bang, bang! ¡Piu, piu!
Son dignas de poner en duda
las onomatopeyas,
tanto como la verdad que no pienso calificar de nuestra.
Porque.
Ahora sé que escribo buscando más realidad de la que recuerdo fuera de esta ciudad de cristal y aire acondicionado.
Y.
Tengo que dejar de justificarme.
Releerle siempre será querer besarle de nuevo. Ausencia.
9 de agosto 2012 A Coruña. 

domingo, 3 de junio de 2012

Quiero ser un sinónimo de palabra

Palabras vuelan, cantan.
Se dejan escribir, se dejan leer.
Monosílabos mueren mientras
los vocablos se congelan
para volver irremediablemente a vida.
Tiritan, apósitos apropósito.
Nos convierten en cementerios de sílabas,
guardadas, acumuladas, desapercibidas
como recordatorios de comunión.
Palabras adolescentes, besuconas y enamoradas.
Palabras que se dejan llevar por el viento,
palabras que envidio, que siento y disiento.

Soy madre de un montón de palabras asexuadas con complejo de Edipo.
A mí me tenéis harta, palabras, id a hacer de las vuestras con todos ellos, los hechos.
Y ya si eso volvéis en otoño, cuando no sepa si sois hoja, promesa o viento.


  • vocablo, voz, término, verbo
  • dicción, expresión, lengua, lenguaje, habla
  • promesa, pacto, oferta, juramento, ofrecimiento, compromiso

viernes, 25 de mayo de 2012

Dédalus Joyce.
Hombre funesto de claves nocturnas y cuerpo desnudo junto al río profundo de brillantes escupidas. Hombre de ojos anti-miopes exploradores de infinidad. Hombre de rostro en sombra y cuerpo genio abstracto. Hombre sin miedo de pluma en mano ni de ojos en ser ni sonrisa suprema. Hombre dios llegaste solo de infinitudes asombrofantasmales ornado de lágrimas de superioridad vergonzante. Hombre destructor de tabúes y cielos estrellados. Hombre de los frágiles vestidos que caen dejando hermanos desnudos. Hombre sin alimento para otorgar a los que buscan. Hombre de altos mares de surcos desolados. Hombre-barco blanco. Hombre que arrancaste el vómito para sepultar el mito. Hombre de tiempo y espacio que arrastran cuerdas locuras. Hombre superhombre, frialdad y tibieza en conjunción. Hombre.


Cenizas.
Hemos dicho palabras,
palabras para despertar muertos,
palabras para hacer un fuego,
palabras donde poder sentarnos
y sonreír.

Hemos creado el sermón
del pájaro y del mar,
el sermón del agua,
el sermón del amor.

Nos hemos arrodillado
y adorado frases extensas
como el suspiro de la estrella,
frases como olas,
frases como alas.

Hemos inventado nuevos nombres
para el vino y para la risa,
para las miradas y sus terribles
caminos.

Yo ahora estoy sola
– como la avara delirante
sobre su montaña de oro –
arrojando palabras hacia el cielo,
pero yo estoy sola
y no puedo decirle a mi amado
aquellas palabras por las que vivo.


29
Aquí vivimos con una mano en la garganta. Que nada es posible
ya lo sabían los que inventaban lluvias y tejían palabras en el tor-mento de la ausencia. Por eso en sus plegarias había un sonido de
manos enamoradas de la niebla.


CAROLINE DE GUNDERODE 
La mano de la enamorada del viento
acaricia la cara del ausente.
La alucinada con su “maleta de piel pájaro”
huye de sí misma con un cuchillo en la memoria.
La que fue devorada por el espejo
entra en un cofre de cenizas
y apacigua a las bestias del olvido.


(Textos de Poesía completa de Alejandra Pizarnik, el fenómeno de las recomendaciones literarias o de como leer bien la poesía, con otros sujetos y predicados: Se cuela entre todas las líneas.
Desde aquí gracias por el regalo y el castigo.)


viernes, 18 de mayo de 2012

He pasado unos treinta minutos mirándome los pezones.

Hoy me ha fascinado comprender que los pezones no son más que un ejemplo gráfico de todo lo que nos afecta el entorno, y mentiría si dijera que no me he acordado de ti y de tu espalda, pero eso bien podría omitirlo cualquier otro día de una forma completamente improcedente. (Cuán inoportuno es callarse últimamente)

Pues bien, estaba yo desafiando a mi areola izquierda en un duelo de miradas cuando, de golpe y pestañeo, me he visto atacada por un acto reflejo. Levantose parte del vello de mi cuerpo y ha sido entonces, no antes, cuando he reparado en ellos: cuatro pelos imitando a las pestañas en mi pezón izquierdo. Y no sé si será capricho o simple aprendizaje pero en ese momento se me ha antojado aunar el pelo y la valentía.
Así que no sé hasta que punto cuatro pelos en mi pezón izquierdo me vuelven más valiente pero ha ocurrido, así que más vale tener mucho tacto conmigo. Pronto.

Mujeres de pelo en pecho.

lunes, 7 de mayo de 2012

- Desease una vez un personaje de pacotilla.
Coma.
Detengo mi lectura, no levanto la mirada del libro y con los ojos cerrados sitúo mi dedo sobre los labios. Su lengua, la mía, acaricia la yema de mi índice. No me apresuro a pasar página cuando al levantar mis pestañas me topo con su mirada. Un personaje de pacotilla con guisante en lugar de nuez de Adán, sin Eva y sin princesa.
Una lágrima cae por mis duras mejillas color manzana, recuerdo las noches que ese guisante se escondió bajo el colchón impidiendo dormir a la princesa con pijama imitación coraza.
- No le pidas peras al olmo o me sentiré ofendida - aventuraba como si Hansel hubiese aprendido que la fruta cuando es pecho de mujer es la mejor golosina.
- ¿Recuerdas cuando pusimos la caperuza roja? ¿Cuándo no necesitábamos enseñar la pata de cordero bajo la puerta?-
Solía llamarme ricitos de bronce mientras yo elegía las horas del día en las que convertirle en oso grande, mediano o tan pequeño que hasta podía hacerle daño. Pulgarcito y la bailarina de plomo en un barquito de papel de periódico.
Uno, dos, incluso tres parpadeos fueron. Cabezadas sin hombro en el que apoyar un casco que crece con las mentiras y una nariz llena de lloriqueos. Él siguió al conejo hasta la madriguera y sin embargo soy yo quien inunda la habitación por ser ausencia en lugar de estar ausente.
Ese estúpido libro de cuentos siempre acaba con el flautista de Hamelin, y yo siempre me duermo cuando las ratas llegan al pueblo.

Quédate en mi estantería para cuando queramos ser niños de nuevo.




viernes, 4 de mayo de 2012

Ahora que hay tormenta: Padece, que va a llover.


Aspiramos a llorar un mar. Daniele Buetti

Que me expliquen.
Preciso una lógica en fila de sentimientos que se dejan arrastrar por el agua que cae cuando hay tormenta, que me digan que hace al supuesto escritor aspirar a convertir cada gota de agua, más o menos salada, en letra.
Me he encontrado tus defectos apuntados en un pedazo de papel con fecha del último chaparrón.
Y he caido sin necesitar gravedad: Nunca llueve a gusto de todos, pero mira tú por donde confío en que sí lo haga chispeando.
Mi abuela cuando llueve se limita a decir que si alguien tiene que volver a mi vida lo hará, y mira tú por dónde acaba de empezar a chispear.

'Las estúpidas redes sociales van a acabar por dejarnos la piel translúcida.'

lunes, 30 de abril de 2012

Regálanos un lavadora por mi cumpleaños.

Su mirada me anima , sopla - dice - ya me encargo yo de llenarme de ti.

No te digo que me alumbres, hijo de puta, pero vela por mí al menos un par de apéndices. La cera cae, cae sobre el mástil, como si el tiempo en popa no nos hiciera daño.
¿Hacemos una cosa? A partir de hoy tu cumples años y yo me encargo de cumplir sueños, a tu costa. Do. Re mí.
El costado izquierdo se congela, el vello de punta intenta alcanzar la silueta de tu ausencia, la que nunca se concentra con la luz apagada, la que me roza exceptualmente cuando cierro los ojos. ¿Recuerdas aquellas muñecas que se movían libremente por la habitación cuando las abandonabas a la merced de las paredes que a ti te ahogan? Pues así cuando me ahogo, uso mis muñecas por hacerme 'tu falta'.
Nuestras ausencias intiman cuando no miramos.
A la mierda tu inspiración, esta misma noche te ahogo con mi almohada. Contra el suelo las falsas ausencias, voy a echarte un polvo de menos, de los de verdad, de los de acumular ácaros en las sábanas porque nosotros estamos demasiado ocupados poniéndonos sobre la lavadora, sin suavizante ni prenda que destiña la sangre acumulada en tus mejillas.
Ven, blanquito, que fabricamos las velas a base de resfriados, de pies descalzos sobre los baldosines azules de un infierno invertido.
Todas tus sonrisas se me escapan por los dedos de los pies, prefiero tener el corazón caliente y los dedos apunto de perderse.
Así que te escribo porque no quiero leerte más. Porque odio comprendernos personajes de algún cuento en manos de niñas que no dibujan los genitales a nuestras pocas ilustraciones. Parpadeantes, de ojos envueltos en papel albal hasta que vuelvas. Refrigerados, casi congelados. Goteando un deshielo al lado de todo ese perejil que guardamos mejor congelado que fresco.
Vamos a hundirnos como Titanics en el tambor de la lavadora. Saca los iceberg y el perejil, cariño, que nuestra chatarra ya está centrifugando.
Y sopla tú, que estoy deseando de tu parte con la boca bien abierta.


(Y que cumplas muchos deshielos más, Cloudy.
Ya si eso el año que viene os hablo del tiempo, como todo buen cumpleaños que se precie, tiempo empaquetado con papel de regalo)

miércoles, 11 de abril de 2012

Échale latidos, cojones.



Échale latidos, cojones., originalmente cargada por Sisenublaelsol.


Sé que algún latido de estos me avergonzará dibujar genitales. Algún día. Quiero un él así.

sábado, 17 de marzo de 2012

Le he visto follando y comiendo.

Siempre soñé con escritores que me follaban con caricias, con susurro, que se fijaban en mi ropa interior incluso reían el relleno de ésta. Solía pensar que me ruborizaría si mis pezones no estuviesen lo suficientemente duros a su lado o si mi pelo no se erizara hasta la entonación que necesita nuestra rima consonante.
Imaginé que escribiría sobre mí con besos libres, que se fijaría en el pelo haciendo de él vello. Homonimia, hombre. Y deseaba, joder, deseaba notar los puntos en sus dedos y las comas en sus silencios. Tomar aire.

Pero no, los escritores cuando follan se vuelven reales. Todo ocurre en algún interior, yo creo que son reversibles. Van dados la vuelta, con las costuras por fuera. Que no os engañe una etiqueta, yo sólo pude reconocerle al verle comer con la furia y lírica con la que creía que me follaría. Con ojos melosos y brillantes.

Pero no me hagan ni caso, que yo sólo me baso en un escritor.


domingo, 11 de marzo de 2012

No me canso de escribir sobre el tiempo.

Cuan culpables las gotas
que cayeron por su propio peso
contra su cabeza,
atormentando los suelos
y llenando de lágrimas
la intemperie que rodea el cielo.
No lo intentes,
que ni las sábanas de felpa
alejan la humedad
de un romper a llorar
por los raspones
creados en la caída.
No cuesta declinar
pero arrastra, la tierra,
hasta la dureza.

El barro se vuelve más estable cuando estás metida hasta los codos.
Hazte así, que tienes manchada la nariz.

domingo, 26 de febrero de 2012

Soy amante de todas mis comidas

Soy amante de todas mis comidas- dijo sirviendo un vaso de zumo.
Erguido frente la nevera vestía ropa interior y un manchado delantal. Poco importan sus rasgos porque hay personas que nacen con ciertos talentos y a él esto le definía. Recordaba perfectamente el día que consulto uno de sus libros de cocina. Con lápiz y papel copió unas claves ya memorizadas, lo que sería su receta de vida adherida a la puerta del electrodoméstico.

En primer lugar debe adquirir una buena pieza, en su carnicería o paseando por las aceras. Sabrá que es de calidad porque marcará su cintura con cuerda. No estará entonces curada, deberá ser colgada. Una vez adquirida la materia prima debe convencerla para que se tumbe sobre la encimera. Trocee la pieza a caricias y deposite la casquería en un recipiente adicional. Sin calma ni paciencia trate la carne con embestidas y 'endesnudas'. Caliente su cuerpo a la temperatura deseada y, si gusta, añada besos y un chorrito de aceite. Engulla, muerda, acabe. Incluso saboree. Una vez saciado, deseche los huesos bien apurados y conserve las entrañas. No volverá a tener hambre.

Una erección se manifestó sobre la poca ropa que le cubría, una sonrisa era el preludio a un sonoro sorbo del jugo que sostenía.
Su zumo, carente de tropezones; ella, licuada y llena de tropiezos.

-Ahí no, hijo de puta.



jueves, 23 de febrero de 2012

viernes, 17 de febrero de 2012

(...)
- ¿Y ahora qué? ¿Te digo como no me siento?
- No, no, de eso nada. Toma primero asiento. Deja atrás la negación implícita que contradicen tus ojos cada vez que miras. Anda.
- Que no miro, que veo. Que no como con la mirada, que sólo dejo crecer el vello de mi entrecejo. De verás. No es más que eso.
- Basta. Bastas.
- No me quieras educada y delicada, no me quieras sin babas en esa dura almohada. No me quieras pies calientes. Quiéreme gorda de alma, que vacía no valgo nada.
- Vale, de acuerdo, pero ven y toma asiento, que me duelen los gemelos de follar contra la ventana.


martes, 14 de febrero de 2012

Pretendientes colgados.

Justo antes de pender.

Desde el sofá miro con deseo la ventana, lloro la obvia necesidad de cuerdas para tomar el aire. La lavadora se da por satisfecha cada vez que me asomo a su espejo, cuenta las veces que sonrío con las flores que inventa mi detergente. La ropa se congela con el frío de aquí dentro, de ahí fuera. Se ahoga, no recupera el aliento tras el desajuste de botones en aquella blusa durante el centrifugado, se destiñeron los pantalones sobre la ropa interior blanca. Mientras yo, acostada semidesnuda en el caprichoso salón, busco inmóvil en el cesto de los trapos sucios algo con tu olor. Algo que tender sobre mi cuerpo sin ayuda de pinzas. De madera. De plástico. De ayuda.
Mi madre siempre dijo que la ropa no podía dejarse mojada dentro de la lavadora. 
Pero yo les quiero, húmedos.


Intento adivinarte lleno de prendas aun desnudo, sin vacíos.
Le prefiero manchado.

domingo, 29 de enero de 2012

Qué contarte que no sepas.

Los números ya los conocemos, de memoria. Nosotros no, por enfatizar.
A mi cabeza se le antoja que vengas y decidamos juntos que contar. O que contemos en voz alta todo lo que podríamos contar si no nos interrumpiesen siempre estas ganas de no llevar la cuenta. De cuántos aguantarías esta noche, cuántas veces manosearía en voz baja el fajo de billetes con lo que te costó, en euros o en años, de cárcel o de olvido. Deberías ser notario, un notario en paro. Podría enseñarte que el INEM queda cerca de mi punto G. Que no tiene mucha pérdida si lo haces mal. Podría numerarte en la cola, podría colocarte en una escala con todos ellos, por alturas en horizontal, pero no quiero. No hay puestos vacantes, todos trabajan.
Por todo esto voy a contarte lo más mínimo, voy a eternizarme con ello. Voy a contar contigo, compañero.

miércoles, 25 de enero de 2012

Robo narices a niños salamandra.

Tengo un cajón repleto, a rebosar de narices robadas a niños salamandra.
Parece que hasta te inviten a arrebatar su valiente olfato mientras agarran con esa fuerza inhumana los caramelos.
Ya no tengo excusa, los mocos se secan en mis manos: Voy a echarle narices.

viernes, 20 de enero de 2012

Demanda de mí.



Segunda convocatoria pública para la búsqueda. 
No sé si es sencillo. Instrucciones: Tú mira y rellena, mi día a poder ser. 

.Yo.

  • Que crea en las estaciones, en los meses de la vida, en 'másyo' y en 'sedtiembre', en los desenlaces y, sobre todo, en los nudos. 
  • Que se abroche la sonrisa a las orejas con las ganas. 
  • Que sólo sea materialista cuando decide donde disfrutar del paisaje, de su cuerpo o de su esfuerzo. 
  • Que no pierda el tiempo, que lo deje bien etiquetado en el camino de tanta gente que desearía encontrarlo. 
  • Que no se muerda las uñas porque se quedó con hambre tras el vaso de mar y el filete de polvo. 
  • Que suelte gallos en la melodía diaria de los despertares, ya sea Isabel Pantoja o Ricky Martin. 
  • Que calle poco y sienta mucho. (Que deje a las farolas mirar y al resto iluminar) 
  • Que bese, a diario, al espejo. 
  • Que no se rinda, que pierda el pronombre y crezca día a día.  
  • Y que falle siendo responsable.  
  • Que rellene todas estas casillas sin la certeza de poder cumplirlas y con la certeza de querer hacerlo.


(Hace un año escribía la primera convocatoria para la búsqueda, Demanda de él se llamó. Hoy escribo la segunda, y aunque sea una Demanda de mí, es mucho menos egoísta y caprichosa que la anterior. Y con esto no quiero dar a entender que esté madurando. Gracias por estar, leer y compartir -ar, -er, -ir.) 

sábado, 14 de enero de 2012

Con lo fácil que es preguntarle, decidí preguntarme.

Si sueño cada noche con su cuerpo y duermo unas 5 horas. ¿Mi somier es o no de láminas de madera?  
Si el corazón late entre 60 y 120 pulsaciones por minuto y bombea unos 5 litros de sangre por todo el organismo. ¿Cuánto tardaré en enamorarme?

Le faltan datos y no se le nota en la mirada. Los nervios no alcanzan la nuca de ella, tampoco su mano, ni ese ceño fruncido.
Él, vestido como aquel estudiante que no necesita pasar demasiadas horas delante del libro.
Necesito algo más, un esquema, un ejemplo, un beso, algo- murmuraba.
Una mirada al frente, un olisqueo y un par de dedos entre los enmarañados cabellos valieron para que su lapicero se posara en los problemas. Aquellos que deseó que pronto ella cometiera. Soberbio y sin rastro de las ojeras que provocan una noche en la que faltan caricias, comenzó desordenado el aprendizaje de soluciones.

Solucion 1.
La única madera está en tu corazón, y las láminas de tu colchón piden ser sustituidas por mis lametones en tu cuello, urgentemente.
Solución 2.
El corazón late de media a 90 pulsaciones. Tu naciste en el 92 y yo en el 88, la media, entre nosotros, también es 90. Por lo que, si A->B y B->C la solución es:
El corazón late, de media, entre nosotros.


(Un día de primavera tuvo que ser. Tuvo que ser.)

el tweet
Hasta que caemos borrachos del desequilibrio mental y funcional, sólo nos arrepentimos de que nuestras lenguas no se abracen.

martes, 10 de enero de 2012

'el uno para-con el otro'

Voy a inventar un órgano inaudito, con tejidos de plástico que derramen gotas ardientes por mi garganta.
Opaco y simple. Dañino y termolábil.
Pero, sobre todo, que cree úlcera en tu estómago cuando recojas a lametazos un vómito provocado. Desechos insolubles de este petróleo capaz de ennegrecer tus silencios. Aquellos que están de menos.


(Hoy, y sólo porque ha pasado la media noche, que le den por culo al empirismo. La desciencia cierta me acuna porque tú ni me resultas.)