viernes, 18 de mayo de 2012

He pasado unos treinta minutos mirándome los pezones.

Hoy me ha fascinado comprender que los pezones no son más que un ejemplo gráfico de todo lo que nos afecta el entorno, y mentiría si dijera que no me he acordado de ti y de tu espalda, pero eso bien podría omitirlo cualquier otro día de una forma completamente improcedente. (Cuán inoportuno es callarse últimamente)

Pues bien, estaba yo desafiando a mi areola izquierda en un duelo de miradas cuando, de golpe y pestañeo, me he visto atacada por un acto reflejo. Levantose parte del vello de mi cuerpo y ha sido entonces, no antes, cuando he reparado en ellos: cuatro pelos imitando a las pestañas en mi pezón izquierdo. Y no sé si será capricho o simple aprendizaje pero en ese momento se me ha antojado aunar el pelo y la valentía.
Así que no sé hasta que punto cuatro pelos en mi pezón izquierdo me vuelven más valiente pero ha ocurrido, así que más vale tener mucho tacto conmigo. Pronto.

Mujeres de pelo en pecho.

No hay comentarios: