Demanda de volver, regresar al vientre materno donde
Demanda de flotar, sentirme ligera en una atmósfera que no me ahogue, y sólo
Demanda de mantenerme viva, inmersa en líquido anmiótico mal oliente
Demanda de axfisiar mi aparato respiratorio que
Demanda de angustia cada noche que sale el sapo a la charca y
Demanda lamerse sus propias heridas venenosas, no me puedo sanar
Demanda de escuchar las palabras correctas en mi cabeza que
Demanda de explicar a mi cuerpo lo que le mueve y
Demanda el satisfecho contoneo de caderas que me anestesian y me llevan a un vértigo de dudas
Demanda de entender mis propias conclusiones que se enmarañan en mi pelo y encrespan la
Demanda de realidad, y certeza, y pies, y copas sin llanto
Demanda, que yo soy demanda,
desde el día que abrí los pulmones y lloré al tomar aire por primera vez.
(Aquí llego con un aniversario adelantado, -ya sólo escribo una vez al año.
Imagen: Autorretrato en creta sepia, con la mirada lejos de considerarse altiva y los ojos ligeramente testigos)
Otros Demanda, conflictivamente distintos a éste.
Demanda de él
Demanda de mí
Demanda de ellos
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