domingo, 29 de enero de 2012

Qué contarte que no sepas.

Los números ya los conocemos, de memoria. Nosotros no, por enfatizar.
A mi cabeza se le antoja que vengas y decidamos juntos que contar. O que contemos en voz alta todo lo que podríamos contar si no nos interrumpiesen siempre estas ganas de no llevar la cuenta. De cuántos aguantarías esta noche, cuántas veces manosearía en voz baja el fajo de billetes con lo que te costó, en euros o en años, de cárcel o de olvido. Deberías ser notario, un notario en paro. Podría enseñarte que el INEM queda cerca de mi punto G. Que no tiene mucha pérdida si lo haces mal. Podría numerarte en la cola, podría colocarte en una escala con todos ellos, por alturas en horizontal, pero no quiero. No hay puestos vacantes, todos trabajan.
Por todo esto voy a contarte lo más mínimo, voy a eternizarme con ello. Voy a contar contigo, compañero.

miércoles, 25 de enero de 2012

Robo narices a niños salamandra.

Tengo un cajón repleto, a rebosar de narices robadas a niños salamandra.
Parece que hasta te inviten a arrebatar su valiente olfato mientras agarran con esa fuerza inhumana los caramelos.
Ya no tengo excusa, los mocos se secan en mis manos: Voy a echarle narices.

viernes, 20 de enero de 2012

Demanda de mí.



Segunda convocatoria pública para la búsqueda. 
No sé si es sencillo. Instrucciones: Tú mira y rellena, mi día a poder ser. 

.Yo.

  • Que crea en las estaciones, en los meses de la vida, en 'másyo' y en 'sedtiembre', en los desenlaces y, sobre todo, en los nudos. 
  • Que se abroche la sonrisa a las orejas con las ganas. 
  • Que sólo sea materialista cuando decide donde disfrutar del paisaje, de su cuerpo o de su esfuerzo. 
  • Que no pierda el tiempo, que lo deje bien etiquetado en el camino de tanta gente que desearía encontrarlo. 
  • Que no se muerda las uñas porque se quedó con hambre tras el vaso de mar y el filete de polvo. 
  • Que suelte gallos en la melodía diaria de los despertares, ya sea Isabel Pantoja o Ricky Martin. 
  • Que calle poco y sienta mucho. (Que deje a las farolas mirar y al resto iluminar) 
  • Que bese, a diario, al espejo. 
  • Que no se rinda, que pierda el pronombre y crezca día a día.  
  • Y que falle siendo responsable.  
  • Que rellene todas estas casillas sin la certeza de poder cumplirlas y con la certeza de querer hacerlo.


(Hace un año escribía la primera convocatoria para la búsqueda, Demanda de él se llamó. Hoy escribo la segunda, y aunque sea una Demanda de mí, es mucho menos egoísta y caprichosa que la anterior. Y con esto no quiero dar a entender que esté madurando. Gracias por estar, leer y compartir -ar, -er, -ir.) 

sábado, 14 de enero de 2012

Con lo fácil que es preguntarle, decidí preguntarme.

Si sueño cada noche con su cuerpo y duermo unas 5 horas. ¿Mi somier es o no de láminas de madera?  
Si el corazón late entre 60 y 120 pulsaciones por minuto y bombea unos 5 litros de sangre por todo el organismo. ¿Cuánto tardaré en enamorarme?

Le faltan datos y no se le nota en la mirada. Los nervios no alcanzan la nuca de ella, tampoco su mano, ni ese ceño fruncido.
Él, vestido como aquel estudiante que no necesita pasar demasiadas horas delante del libro.
Necesito algo más, un esquema, un ejemplo, un beso, algo- murmuraba.
Una mirada al frente, un olisqueo y un par de dedos entre los enmarañados cabellos valieron para que su lapicero se posara en los problemas. Aquellos que deseó que pronto ella cometiera. Soberbio y sin rastro de las ojeras que provocan una noche en la que faltan caricias, comenzó desordenado el aprendizaje de soluciones.

Solucion 1.
La única madera está en tu corazón, y las láminas de tu colchón piden ser sustituidas por mis lametones en tu cuello, urgentemente.
Solución 2.
El corazón late de media a 90 pulsaciones. Tu naciste en el 92 y yo en el 88, la media, entre nosotros, también es 90. Por lo que, si A->B y B->C la solución es:
El corazón late, de media, entre nosotros.


(Un día de primavera tuvo que ser. Tuvo que ser.)

el tweet
Hasta que caemos borrachos del desequilibrio mental y funcional, sólo nos arrepentimos de que nuestras lenguas no se abracen.

martes, 10 de enero de 2012

'el uno para-con el otro'

Voy a inventar un órgano inaudito, con tejidos de plástico que derramen gotas ardientes por mi garganta.
Opaco y simple. Dañino y termolábil.
Pero, sobre todo, que cree úlcera en tu estómago cuando recojas a lametazos un vómito provocado. Desechos insolubles de este petróleo capaz de ennegrecer tus silencios. Aquellos que están de menos.


(Hoy, y sólo porque ha pasado la media noche, que le den por culo al empirismo. La desciencia cierta me acuna porque tú ni me resultas.)